Sanando Heridas de Infancia con el Péndulo: Guía Práctica

La semana pasada hicimos una investigación con el péndulo en la que descubriste qué emoción tienes atrapada, cuál es el origen de esta emoción y en qué momento se generó... Si no lo viste, encuéntrala aquí. 

El ejercicio de hoy te ayudará a reconocer el origen de los tus creencias limitantes y de las emociones que no entiendes.

 

Ejercicio con Péndulo para identificar las Heridas de Emocionales

Pregúntale al péndulo: ¿Cuál es mi herida predominante?

Puedes escribir en un papel el nombre de las 5 heridas, colocar tu péndulo en medio y preguntar cuál es tu herida predominante.

El péndulo empezará a coger inercia hacia una de las palabras que has escrito, y así descubrirás cual es tu herida de origen.

Por cierto, si ya tienes el Péndulum Deck: Tu herramienta de Introspección con el Péndulo, puedes utilizar la Plantilla Heridas de Infancia y la Plantilla Edad de Un suceso para investigar el origen de tu herida.

Además, con la Plantilla Emociones Atrapadas, encontrarás la emoción que te dejó y que aún te afecta hoy en día.

Dedícate un tiempo a profundizar en el origen de la herida, meditando, reflexionando, y consultando con el péndulo cuando lo necesites. Es posible que no conozcas muy bien ni su origen ni sus repercusiones.

Por eso, es bueno que consultes en esta tabla cuál es tu herida y cómo te afecta.

Herida de Rechazo: Entendiendo el Apego Evitativo

-Herida de rechazo. La herida de rechazo te lleva a mantener una especie de distancia con la gente de fuera de tu círculo, y una necesidad de independencia y soledad. Inconscientemente, se toma una actitud poco abierta y accesible a los demás.

Esto significa que si tienes herida de rechazo, "rechazas" a los demás para evitar el contacto y el posible rechazo que podrías sentir. En definitiva, se adoptarán estrategias para evitar sentir el rechazo, con un marcado apego evitativo y una dificultad grande para la entrega del amor o las emociones.

La herida de rechazo es de las más profundas y difíciles de sanar, porque se desarrolla durante el embarazo y en los tres primeros meses de vida. Es decir, son traumas o heridas vividas de forma inconsciente, y de las que a veces nos falta información. Por ejemplo, si nuestro género no se correspondió al deseado por nuestros padres, o nuestra madre sintió miedo al saber que estaba embarazada, generando inconscientemente rechazo al futuro bebé. 

Herida de Abandono: El Origen del Apego Ansioso

-Herida de abandono. La herida de abandono te lleva a mantener una actitud de dependencia en las relaciones personales. Esta dependencia nace del miedo a ser abandonado. También es posible, que cuando se está iniciando una nueva relación, estas personas terminen dejando a la otra persona por miedo a ser abandonados, o a no ser suficientes... En definitiva, se adoptarán estrategias para evitar sentir el abandono, con un marcado apego ansioso en las relaciones personales y una tendencia evitativa con las personas desconocidas.

La herida de abandono se cristaliza en la etapa oral, es decir, de los tres meses al primer año de vida. Esta herida se relaciona con el haber sido cuidado por abuelos, tíos... O por una depresión postparto de la madre, donde no existiera conexión entre el bebe y su progenitora. En menor intensidad, el sentimiento de abandono al llorar por la noche puede dejar una pequeña herida de abandono.

 

Herida de Humillación: No Priorizar las Necesidades Propias

-Herida de humillación. La herida de humillación te lleva a creer que tienes que poner las necesidades de los demás por encima de las tuyas para que sean felices. En tu infancia, se te educó para que te adaptaras a tu familia y de alguna forma aprendiste que ignorabas tus necesidades y atendías a los demás, es cuando recibías amor, reconocimiento o valoración. Esto te dificultará poner límites en las relaciones con los demás y sobre todo, marcará una tendencia a tener dificultad para decir no.

La herida de humillación se genera en la etapa anal, del primer año y medio de vida a los dos años y medio. La etapa anal es en la que se desarrolla todo el aparato digestivo, desde la ingesta hasta la expulsión. Así que paralelamente, el niño está aprendiendo a decidir que entra en su cuerpo, que sale, cuando, aprenderá también la contención, que hasta ahora no la controlaba...

El momento de las comidas y la educación que se le dé el niño en esta etapa será determinante para esta herida; no es lo mismo enseñar a un niño que se lo tiene que comer todo para que mamá esté contenta, que enseñarle a que cuando ya no quiera más sepa avisar y decirlo.

En definitiva, es importante trabajar esta herida en la vida adulta, porque si no, al final se genera una desconexión de la propia voluntad y se tienen grandes dificultades para saber lo que uno siente y desea.

 

Herida de Traición: La Desconfianza en las Relaciones

-Herida de traición. La herida de traición te puede hacer pensar que la gente te puede manipular, traicionar o mentir, y te lleva a desconfiar de los demás y de sus intenciones. Esta herida te hace desconfiado y te puede dificultar en tu entrega emocional con las personas que no son de su completa confianza.

Esta herida se desarrolla de los dos años y medio a los cuatro años de vida. En esta época es en la que el niño empieza a separarse de la madre para "explorar" y interactuar con el mundo. La acogida y felicitación por estas exploraciones marcará la confianza que niño tendrá en la vida adulta. No será lo mismo que cuando el niño regrese lleno de fango o con una herida en la pierna, se le atienda dramáticamente y se te prohíba volver a hacer lo mismo, o simplemente se le atienda y se le acompañe con consejos para sus próximas veces. 

Recuerda que esta herida te hace tener cierto miedo que no te permite confiar, decir tu verdad y ser tú de forma auténtica. Un miedo que te hace desconfiar de los demás y puede llevarte a actitudes de poca honestidad, precisamente las actitudes que más rechazas.

 

-Herida de injusticia. La herida de injusticia te lleva a sentir un nivel de indignación muy alto con las injusticias propias y ajenas. Vivencias de injusticia de tu infancia te construyeron como una persona justa que no tolera la injusticia. La herida de injusticia conecta con algún tipo de abuso, puede ser de autoridad, sexual, de bulling familiar...

Esta herida se genera de los cuatro a los seis años de edad, en la fase genital del desarrollo. La herida de injusticia está relacionada con que el clan no te da el lugar que tú ocupas en la familia, y es una injusticia porque el clan no te da el lugar que te mereces por nacimiento. Por ejemplo, que no validen lo que haces, que no te crean y siempre crean al "mayor", que te ninguneen, son ejemplos de heridas de injusticia.

Por lo tanto, en la vida adulta, nos encontraremos con una persona que lucha por encontrar un lugar en el mundo, ocupar un lugar en su trabajo, en su grupo de amigos, tratando de generar comunidades de confianza y respeto. Cuando vives injusticia en el presente, conectas con la infancia, y te hace arder de rabia, y muchas veces, respondes ante ella de forma directa, aunque la injusticia no se esté generando sobre ti. 

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Cada plantilla es un espejo hacia tu interior que destapa tus vulnerabilidades y destaca tus fortalezas. Trabaja conscientemente en las áreas que requieren atención y sánate desde el núcleo.

Le preguntamos a una clienta que le había gustado más, y nos dijo esto:

"Mi mayor descubrimiento es la descodificación transgeneracional. Este ejercicio me ayudó a comprender de dónde venían mis carencias, las lealtades familiares y conflictos."

Descubre Ejercicios de Coaching para la Introspección: Péndulum Deck